viernes, 11 de septiembre de 2009

y de camino a Jerusalén, paremos en la ciudad más antigua del mundo...

Jericó es considerada con Damasco, la cuna de la civilización. Los estudios arqueológicos han encontrado indicios de vida del año 10000 a. C.

Pues bien, nosotros la encontramos, perdón por la banalidad, de paso. Bajamos, visitamos el supuesto sicómoro de Zaqueo, intentamos ver lo que dicen que queda de la famosa muralla. 

La ciudad más antigua del mundo hoy es un chocerío perdido, sin mayor atractivo que el comentado. Excavaciones, pobreza y bijouterie de dientes de camello. Aquí me ven comprando algo para mis hermanas, que se adornarán con dentaduras de camélidos jeriquenses. No puedo publicar la foto en la que elijo la muela en la boca del camello que terminó en el collar. La privacy, aun acá, parece importante...
Henos aquí, el tamaño de la fe necesaria para mover montañas. Un auténtica planta de mostaza, de cuyos granos tomó inspiración Jesús para hablar de nuestra incredulidad y el potencial de la confianza en su amor y poder. 

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