viernes, 11 de septiembre de 2009

La parroquia de Jesús...

Sugestivo fue visitar, atravesando un mercado o souk, como le llaman (una sucursal del "paseo" de compras que se encuentra en Retiro, entre la terminal de tren y la de  ómnibus) la sinagoga de los tiempos de Jesús. Chica, pero digna. Data de aquella época. Muy restaurada claro. Pero no deja de sugerir. Entre esas piedras, o algunas muy parecidas, en esa ubicación, el Dios hecho hombre aprendió los salmos con los que descubriría poco a poco, la identidad de su Padre.  Escuchó los relatos de los que luego él mismo sería la clave hermenéutica, su sentido pleno. En esa tradición religiosa, concreta y particular, él mismo fue develando la identidad del Padre, y simultáneamente la suya de hijo - Hijo. En un proceso lento y pedagógico, que mucho tiene que ver con el nuestro.

No es impresionante pensar que las mismas palabras que usamos para rezar en los salmos, son las que desgranaron tanto María como Jesús, para dirigirse al Padre? María enseñándoselas a Jesús niño, como si fuera un canto de misa? Una oración vocal del estilo del "ángel de la guarda"?

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