Parte del encanto de recorrer la ciudad santa de noche, es poder participar de parte de su vida cotidiana pero al resguardo del frenesí diurno de habitantes y turistas. Las calles bucólicas, los detalles curiosos, los pasadizos y arcadas que habrán conducido a distintas oleadas de invasores cristianos, hebreos o musulmanes.
Abajo pueden ver: un negocio de Judaica, o bien todo lo que se refiere a la cultura y religión judía. La foto de una maqueta del templo, varias de las callecitas empedradas y angostas, y finalmente algo realmente llamativo, que fusiona una lengua muerta resucitada (sabrán que el hebreo fue una lengua muerta hasta fines del siglo 19, y que artificialmente la hicieron resurgir y hoy es hablada por millones en todo el mundo) y un habito también ancestral como el de los graffittis, pero apropiado hoy por los jóvenes.
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